Posted by : Unknown domingo, 5 de noviembre de 2017

Imposible descifrar el enigma de cambiar estilos, costumbres, rutinas de la gestión de los medios públicos de comunicación en la Cuba contemporánea en apenas 48 horas. Si alguien fue al Primer Taller Nacional sobre Modelos de Gestión de la prensa cubana esperando algo así, entonces perdió su tiempo.

No lo hicimos quienes encontramos la oportunidad donde otros ven callejón sin salida. Así vimos la confirmación de que la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) no está de brazos cruzados; y que en los medios de comunicación públicos y estatales del país existe la voluntad del cambio responsable y políticamente comprometido que les permita ejercer con mayor eficiencia su rol dentro del espectro comunicativo doméstico.

Se presentaron propuestas concretas que advirtieron la “necesidad de una transformación simultánea del modelo de gestión editorial y del modelo de gestión económica en el sistema de comunicación”.
Es, expresaron en su ponencia Ariel Terrero y Ricardo Ronquillo, “muy difícil avanzar hacia una manera eficiente de concebir y ejecutar las políticas informativas en un medio, mientras la prensa siga atada a una administración presupuestaria ineficiente, rígida e incapaz de cumplir los objetivos económicos que se propone”.

Obviamente mientras unos no esperan a las orientaciones superiores e iniciaron el camino de remover los engranajes oxidados, otros han asumido una actitud de conservadora expectativa. Por otro lado, y eso se percibió también, es imposible soslayar los matices territoriales en todos los órdenes: tanto en la relación entre sus correspondientes estructuras partidistas como en las ideologías profesionales.
Por más que se repita lo contrario no se interpreta del mismo modo cómo  debe ser la participación de los medios en el engranaje de construcción de los consensos sociales que, en el sentido gramsciano de la palabra, mantengan la hegemonía del socialismo.

Este Taller sacó a relucir la realidad de un deber ser  en los medios que esbozado, consensuado, puja por tornarse en un ya es, o por lo menos, en un ya está siendo.

Como notas al pie, algunas de las reflexiones más interesantes. No porque las otras no lo fueran sino porque en estas, creo, va el sentido de esta cita en la Universidad de las Ciencias Informáticas.

Raúl Garcés: Sin comunicación no hay desarrollo y mucho menos consenso
 “Nosotros tenemos que aprender que si las Orientaciones del Buró Político dicen que los directores tienen la máxima responsabilidad de los que se transmite, ¡los directores tienen la máxima responsabilidad de lo que se transmite!”, opinó Raúl Garcés, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.
“Lo que quiero decir, continuó Garcés,  tiene que ver con un tema que es esencial para la definición de un modelo de prensa en el socialismo: que es cómo debe ser la relación entre el Partido y la prensa.

“Si la relación entre el Partido y la prensa es de subordinación y de facilismo terminamos haciendo propaganda, si es de desafío, terminamos contradiciendo de una manera inoperante el sistema político. Pero tiene que ser necesariamente una relación incómoda para que sea una relación funcional. Si nosotros queremos una relación funcional entre la prensa y el Partido en el socialismo necesitamos una relación incómoda y eso tienen que saberlo los funcionarios del Partido porque le estamos haciendo bien al socialismo.

“Hombres y mujeres cultos en el Partido que entiendan que esa relación debe ser incómoda y lo tienen que saber los directores de prensa. No para hacer sensacionalismo o un periodismo irresponsable sino para hacer uno que responda a los intereses de un proyecto político que es también responder a los intereses de la ciudadanía.

(…) “Este problema se relaciona con otro crucial: la diferencia entre lo estatal y lo público. Una cosa es la prensa estatal, subordinada a un aparato de dirección estatal y otra es una prensa pública.
“La discusión sobre lo público en América Latina es lo suficientemente rica como para que bebamos de ella. (…) No seamos ingenuos en el año 2017 porque no hay tiempo que perder.

“Lo público significa, Julio García Luis lo definía así, el derecho de la sociedad organizada a tener medios. Entonces lo público no es lo que viene de arriba, es lo que se construye desde todas partes. La sociedad organizada tiene que expresarse, dar diferentes vías y canales de comunicación. Para eso necesita construir lo público desde arriba, desde abajo, de manera diagonal, reticular. Y más en un entorno tecnológico donde las redes sociales están marcando la difusión de los contenidos de un modo muy reticular y no en un sentido bidireccional”. (…)

“Y esa diferencia entre lo estatal y lo público creo que la estamos construyendo. En la conceptualización del modelo hay una concepción de la comunicación y la información  que me parece muy progresista, si lo comparamos con la Tesis y Resoluciones del (Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba) relacionadas con los medios de difusión masiva. En aquel momento se llamaban de difusión masiva lo cual expresa una manera muy difusionista de concebir la comunicación ya superada”.

“Un tercer problema: Nosotros en el camino de desproveer a nuestros medios de una visión de empresas periodísticas también los desproveímos de la posibilidad de concebirlos como organizaciones.

“Los medios son organizaciones y están desprovistos de una visión organizacional y eso está comprometiendo de manera muy grave su desarrollo y la posibilidad de que tengan una visión estratégica. Fíjense si estamos desprovistos de esa visión que eso se extiende a la carrera de Periodismo. Enseñamos a producir contenidos, pero no a gerenciar medios, no a proveer de una visión desde una visión de marketing, ni de dirección por objetivos, ni desde una visión de desarrollo, ni desde una visión, ni de ecosistema de innovación.

(…) “Si nosotros descentralizamos y no hay competencias establecidas a todos los niveles, si no hay regulaciones claras para que esa competencias se lleven a vías de hecho estamos perdidos. Por tanto una ley de comunicación no es un peligro, es nuestra salvación. Una política de comunicación no es la glasnot, es la posibilidad de que el socialismo sea próspero y sostenible.

“En política el tiempo cuesta. Podemos esperar el tiempo para que las decisiones sean oportunas pero si nos vamos más allá del tiempo, las decisiones podrán llegar cuando sea demasiado tarde.
“Entonces: necesitamos regulaciones, un entorno jurídico que sea funcional y que permita que se definan las competencias para que cada quien sepa lo que tiene que hacer.

(…) “No es posible actualizar el modelo de desarrollo sin actualizar el de comunicación si es que queremos que la sociedad tenga consenso esa palabra que nos enseñó Fidel hace mucho tiempo”.  
  
Isabel Moya: No perdamos los públicos


Cambios en la modernidad líquida obligan a replantearnos años de discusión: Rosa Miriam Elizalde
En su conferencia La gestión de la prensa cubana en el entorno de la convergencia, la doctora Rosa Miriam Elizalde hizo notar que “los cambios socio-tecnológicos con política nacional o sin ella están reinventado a marcha forzadas nuestra cotidianidad, no solo la prensa, para bien y para mal”, insistió.

Y más adelante expresó:
“A fuerza de ser justos hay que decir que este desafío no es solo de Cuba hoy los poderes son cada vez más globales y las políticas cada vez más locales.

(…) “Para la reproducción del sistema de comunicación y sus medios no se requieren fondos adicionales del Estado cubano sino aprovechar de manera óptima y ordenada la doble cualidad de la comunicación que como sabemos es simbólica y económica.  (…) “En Cuba tenemos hoy más 600 organizaciones mediáticas pertenecientes a los sistemas de la radio, la televisión  y publicaciones impresas de todo tipo, además de plataformas digitales de producción continua que son el embrión de una potencia industria de producción de contenidos. Además de un edificio o local, presupuestos y profesionales dedicados a la gestión del medio a tiempo completo, tenemos redacciones activadas en más de la mitad de los municipios del país.

“Bajo determinadas condiciones regulatorias y sin subordinar el deber profesional al mercado estas podrían generar servicios de contenidos mediáticos locales, nacionales e internacionales que además de proveer ingresos para reinvertirlos en el desarrollo de los medios públicos y desarrollar las capacidades de los profesionales del sector para la gestión en la convergencia, podrían diversificar canales, contenidos y servicios para atender audiencias cada vez más fragmentadas y dependientes de la producciones culturales foráneas. (…)

“De la sostenibilidad económica depende la sostenibilidad cultural y tecnológica del sistema cultural cubano en el escenario de la convergencia. No podremos oponer un modelo de gestión para la complejidad actual si ese modelo no se plantea la apropiación de las tecnologías, las estéticas y los recursos científicos culturales que utiliza el adversario, con una clara visión de nuestros objetivos por supuesto”.

La Doctora en Ciencias de la Comunicación hizo una alerta cardinal:

“Eludía propósito la discusión en la que estamos atrapados hace años: regulación-autoregulación, reforma salarial-pago por resultados, cambios generales-experimentos graduales, redacciones integradas o no, etc. No porque no las considere importantes sino porque la magnitud y la aceleración de los cambios en la modernidad líquida nos obliga a replantearnos años de discusión donde la estructura mediática era relativamente estable, los límites de influencia de cada país estaban más o menos claros y no existía este régimen regulatorio global emergente que interviene, afecta y constituye el espacio pública de nuestra sociedad que como sabemos es un espacio político.

(…) “El cómo se define en cada una de las redacciones que es uno de los mensajes más poderosos que ha transmitido este primer taller de gestión de la prensa cubana. No es posible gestionar proceso mediáticos tan complejos con una receta única para organizaciones ubicadas en contextos locales, históricos, económicos y tecnológicos diversos, con audiencias fragmentadas y modeladas por emisores muy dinámicos y con perspectivas editoriales distintas que operan en el escenario mediático de cada territorio. Lo que sí se advierte en el estudio de Rusa Today, The Guardian, La Jornada y The New York Times, son enfoques comunes que les han permitido organizar sus redacciones para encarar con éxito las diputas por los públicos”.

(…) “No tenemos tiempo para el error ni la experimentación”.
(…) Ya al final de su exposición dejó sobre la mesa estas interrogantes: “¿Existe percepción del riesgo que corre la sociedad cubana si no transforma la gestión de los medios? ¿Sabemos exactamente los periodistas para qué necesitamos reinventar la comunicación en Cuba?”

Más allá de la capital
Quizás se haya convertido en una obsesión para este redactor el pasar por el tamiz de las realidades territoriales cada uno de los análisis que escuché y esta no fue la excepción. Así que mi pregunta a la doctora  Rosa fue la siguiente:

Rosa se refirió a que no hay una única receta para la reinvención de los medios ¿cómo asumir este proceso de reinversión de la gestión de la prensa desde las dinámicas particularísimas de las provincias?

(Rosa Miriam Elizalde) “El drama que tiene la provincia lo tiene el medio nacional. Tiene que de todas maneras centrarse en sus públicos. La ventaja que tiene una provincia es la proximidad que es un valor importantísimo a la hora de gestionar la comunicación.

“Recordarán los resultados del censo del 2012 y cuando lo comparamos con la presencia de los medios en los territorios vimos que incluso en los territorios, en los municipios, donde no hay un medio local la tenencia de video receptores, de todos los instrumentos de la cultura digital era mayor que en aquellos lugares donde había medios locales. (…)

“Uno podría generar la hipótesis que allí donde no hay medios locales de proximidad esta cultura digital ha penetrado todavía más. Y nuestros medios no generan producciones para esos escenarios. Por eso no puedes generar una receta y decir que el modelo de Granma es el que le sirve al Periódico 26, eso es un absurdo.

“Entre otras cosas, por ejemplo, el tema de las redacciones integradas que lo hemos visto como si fuera una receta. Las redacciones integradas tienen que partir de las condiciones específicas de cada medio. Hay que empezar a mirar desde adentro. Ver qué falta y debería tener un entorno normativo que le facilite que si no tiene quien le haga el video, contrate el productor local y ponga a ese entorno local a producir para su medio y no esperar que lo hagan los medios privados. 

“No hay una receta, no es posible. Porque tu audiencia, a la que quieres llegar no se parece en lo absoluto a la que puede tener cualquier medio. Incluyendo pensar que no es un medio comunitario, sino que está produciendo para el público cercano, el ausente, la persona que va a venir a Cuba.
“Nos proponíamos un modelo de la comunicación para el desarrollo y de la gestión estratégica de la comunicación pero no incluíamos entre esos principios la gestión del cambio. Estamos viviendo una aceleración de los procesos políticos complejos.

 “¿Cómo el medio se prepara para tener un (huracán) “Irma” todas las semanas? ¿Cómo sin dejar de hacer lo estratégico, puede ese medio reordenarse instantáneamente para producir frente a esos ataques? Esas son las dinámicas. Por eso hay que cambiar esas rutinas y por eso hay que cambiar ese modelo”.

En 280 caracteres...

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